Santiago Tomás Vecina es doctor en Medicina, médico especialista en medicina interna y máster en Metodología y Gestión de Calidad Asistencial. Coordina el Programa Nacional SEMES-Seguridad del Paciente en Urgencias (2008-2013) y es responsable de la Unidad Funcional de Seguridad del Paciente-Badalona Serveis Assistencials. Es además director de Fundación por la Investigacion, Docencia e Innovacion en Seguridad del Paciente (FIDISP). Es el coordinador y director académico del nuevo Posgrado en Seguridad del Paciente, que se imparte en la Escuela Superior de Ciencias de la Salud del Tecnocampus.

-Que tarea lleva a cabo la Fundación por la Investigacion, Docencia e Innovacion en Seguridad del Paciente (FIDISP?
La Fundación por la Investigacion, Docencia e Innovacion en Seguridad del Paciente (FIDISP) es una institución privada, sin ánimo de lucro, dedicada principalmente a la promoción de actividades e iniciativas destinadas a la mejora de la seguridad del paciente en la Atención Sanitaria, integrando, en un mismo proyecto docencia, investigación e innovación. Desarrolla sus proyectos en todo el territorio estatal, con la posiblidad de establecer relaciones de colaboración con instituciones, universidades o centros de docencia e investigación de todo el mundo.

-Que entendemos por riesgos del paciente, mas allá de los derivados de la enfermedad que padece?
Entendemos por riesgos del paciente a todas aquellas circunstancias, derivadas del proceso asistencial con probabilidad potencial de producir un daño o distorsionar los resultados previstos y sobre los cuales se puede actuar para minimizar su impacto. Y esto conlleva otro concepto íntimamente relacionado, como es la Seguridad del Paciente: reducción del riesgo de daño innecesario asociado a la atención sanitaria.
La seguridad del paciente es por tanto, un componente esencial de la calidad asistencial, que depende de múltiples factores como son la formación de los profesionales, la adecuación de recursos, las instalaciones, los equipos técnicos, la existencia de procedimientos diagnósticos y terapéuticos normalizados, la documentación, la comunicación y por supuesto, el factor humano. Crear una cultura y un conocimiento sobre la seguridad del paciente reducirían de forma significativa la importancia tanto del factor humano en la génesis de los eventos adversos como del resto de factores que también contribuyen a su aparición.

-Cuál es la situación actual en materia de Seguridad del Paciente?
Diversos estudios en nuestro país ponen de manifiesto la magnitud del problema. El Estudio Nacional sobre Eventos Adversos ligado a la Hospitalización (ENEAS) realizado en el año 2005 situa una tasa global de Eventos Adversos (EA) en paciente hospitalizados del 9,3%. El estudio APEAS (Eventos Adversos en Atención Primaria) situa los riesgos en 18‰ visitas. El EVADUR (Eventos Adversos en Urgencias) cifra que, al menos un 12% de los pacientes que acudern a un Servicio de Urgencias sufrirá algún tipo de incidente o de EA. El Estudio SYREC, realizado en las UCI españolas, habla de una tasa de EA del 5,9%. En todos ellos, la tasa de evitabilidad va desde el 43% del estudio ENEAS hasta el 70% en el estudio EVADUR o el SYREC, lo que indica el alto grado de prevención existente si se toman medidas adecuadas a tal efecto.
Además hay que tener en cuenta que los EA sobre el paciente suponen también un importante coste económico para cualquier sistema de salud, pues a los gastos de la atención sanitaria adicional habría que sumar aquellos derivados de los procedimientos judiciales y las indemnizaciones a las que se condena a profesionales e instituciones por los daños derivados del a asistencia sanitaria, sin olvidar, tampoco, el efecto que pueden tener sobre los propios profesionales a nivel moral, psíquico y profesional (“segundas víctimas”).

-Son necesarios especialistas? Cuál es su función en un centro médico?
La cada vez mayor complejidad de la práctica sanitaria, así como las aparición de normativas o regulación emitidas por las diferentes administraciones, comportan la necesidad de tener en las organizaciones sanitarias profesionales conocedores del problema y capaces, a su vez, de gestionar los riesgos asistenciales.
En los centros sanitarios se hace obligado la creación de Unidades funcionales en seguridad del paciente, que tienen como misión general la detección, análisis y coordinación de todas las actividades preventivas y / o resolutivas que se hagan en los centros en relación a cualquier circunstancia que afecte a la seguridad de los pacientes y su interrelación con la prestación de servicios sanitarios. Es por tanto, necesario disponer de profesionales formados para dar respuestas a las necesidades formuladas por diferentes sectores profesionales, empresariales, organizaciones nacionales e internacionales implicados en la prestación de servicios y atención sanitaria, expertos en la gestión de riesgos asistenciales. Su función es clara: difundir la cultura de la seguridad del paciente, y ser capaces de gestionar el análisis de riesgos y el desarrollo de estrategias de mejora.

-Hay normativa o regulación en esta materia?
Mejorar la seguridad de los pacientes constituye una estrategia prioritaria en las políticas de calidad de los sistemas sanitarios que procede de iniciativas de diversos organismos internacionales. Desde hace más de una década, la Organización Mundial de la Salud promueve la “Alianza por la Seguridad”, como una estrategia prioritaria para los sistemas de salud de todos los paises adheridos, promoviendo líneas estratégicas dirigidas a crear cultura sobre seguridad del paciente y disminuir los riesgos derivados de la asistencia sanitaria. Los efectos adversos debidos a la asistencia sanitaria son un problema emergente y representan una causa de morbimortalidad que hay que afrontar con importantes consecuencias físicas y económicas. Para ello, resulta esencial promover y desarrollar el conocimiento y la Cultura de Seguridad del Paciente entre los profesionales a cualquier nivel del sistema de provisión sanitaria.
En este sentido, en España, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, en su responsabilidad de mejorar la calidad del sistema sanitario en su conjunto, como establece la Ley 16/2003, de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud, ha situado la seguridad del paciente en el centro de las políticas sanitarias como uno de los elementos clave de la mejora de la calidad, quedando así reflejado en la estrategia número 8 del Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud (SNS), que se viene desarrollando desde el 2005 en coordinación con las Comunidades Autónomas.

-Qué puede aportar a los profesionales de la salud este nuevo posgrado? Qué contenidos se impartirán?
El objetivo del Posgrado en Seguridad del Paciente que presentamos es proporcionar una formación sólida y consolidada a profesionales sanitarios sobre seguridad del paciente y en áreas de responsablidad sobre la gestión de los riesgos derivados de la asistencia sanitaria. Se pretende formar “especialistas en Seguridad del Paciente” que sean capaces de liderar las futuras Unidades Funcionales de Seguridad del Paciente de las organizaciones sanitarias, bajo un título universitario.
La demanda de formación en esta materia es cada vez mayor, especialmente con el aumento de sensibilidad de los profesionales y las políticas sanitarias de las administraciones locales y generales. Es necesaria una enseñanaza reglada que garantice la homogeneidad de los contenidos y de los métodos docentes para garantizar la formación de los profesionales de la salud en Seguridad del Paciente.

-Se trata de formación a distancia. Esto que supone?
La formación a distancia conlleva la posiblidad del acceso formativo a un mayor número de profesionales de diferentes zonas geográficas y compartir entre todos sus propias experiencias
La metodología convierte al alumno en protagonista de su propia formación.Permite una actividad cercana entre alumnos, profesor y tutores, gracias al desarrollo de actividades parcipativas con puesta en común, vídeos formativos y lecturas. Permite un seguimiento personalizado del alumno y una relación directa con profesionales especialistas en el tema.
A su vez, es factible compaginar la formación con las actividades laborales, facilitando la integración de los conocimientos de manera progresiva en su práctica diaria asistencial sin interrupciones.
 


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