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Representantes del tercer sector, asociaciones empresariales e instituciones educativas concluyeron a la II Jornada de Economía y Empresa que el futuro no es imponer regulaciones de responsabilidad social corporativa, sino crear empresas de desarrollo sostenible con voluntad de cooperación social. Por eso, es clave contar tanto con el compromiso de la gobernanza como con la implicación de los trabajadores para introducir con éxito prácticas de responsabilidad social en las pymes. La jornada, que se celebró el pasado miércoles 28 de noviembre en TecnoCampus, la organizaba la Escuela Superior de Ciencias Sociales y de la Empresa con la coorganización de PIMEC.
La conferencia inaugural fue a cargo de Juan-José Ganuza, catedrático de economía en la Universidad Pompeu Fabra y en la Barcelona Graduate School of Economics, que afirmó que la responsabilidad social corporativa sólo tiene sentido si afecta al core business de la empresa, es decir, a su actividad principal: “La RSC es una apuesta por el largo plazo y se ha convertido en un gran canal para conseguir una ventaja competitiva”. En este sentido, cada vez son más los consumidores que tienen en cuenta el compromiso social de las empresas a la hora de decidir comprar o no un producto. Por otro lado, Ganuza señaló que actualmente la responsabilidad social corporativa se puede considerar un bien público asociado al consumo de bienes privados que permite cubrir y complementar aspectos donde no llega la legislación. “La palanca para que la responsabilidad social tenga éxito es la transparencia”, concluyó.
Ángel Hermosilla, de PIMEC; Anna de Quiròs, de la asociación Dona't un impuls; Àngels Pujols, del Consejo de Relaciones Laborales de la Generalitat de Catalunya; Óscar Royo, de Condorchem Envitech; y Juan-José Ganuza, catedrático de economía en la Universitat Pompeu Fabra, coincidieron en señalar, en un debate en formato de mesa redonda, que las empresas las forman personas y que por lo tanto, todo el mundo puede contribuir de una manera u otra en la RSC de la empresa. “Primero nos lo tenemos que creer nosotros, empezando por el comité ejecutivo y después implicando a todos los trabajadores,” afirmó Anna Quirós, presidenta de la asociación Dona't un impuls.
En cuanto al papel de las administraciones públicas, apuntaron que hace falta que estas potencien las empresas como grandes contribuidoras de luchar para una sociedad más sostenible. “La función del sector público tiene que ser ayudar a certificar la RSC y regular el comportamiento social de las empresas”, añadió Ganuza.