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La profesora de la Universidad del País Vasco Karmele López de Ipiña ha iniciado una estancia de investigación en el TecnoCampus y el Hospital de Mataró. En colaboración con el director de la Escuela Superior Politécnica del TecnoCampus, Marcos Faúndez, investigan desde hace años el análisis automático orientado a encontrar biomarcadores aplicables al estudio y el tratamiento de enfermedades relacionadas con el envejecimiento.
Durante las próximas semanas, y en una segunda estancia el verano del 2015, esta investigadora trabajará de la mano de médicos del Hospital (en concreto del equipo del doctor Pere Calvet) en pacientes que sufren disfagia (dificultad para pasar sólidos o líquidos de la boca al estómago) asociada a la enfermedad de Parkinson et l’Alzheimer.
El análisis de la escritura manuscrita, del dibujo o del habla puede aportar pistas a los médicos que los ayuden en el tratamiento. Paralelamente, una segunda línea de investigación es el temblor esencial, en colaboración con el Instituto de investigación sanitaria BioDonostia, en el estudio del cual también intervienen el profesor Marcos Faúndez y la Universidad de Vic. “Se trata de cuantificar cosas que los especialistas sanitarios ven a simple vista, pero que, al tener la medida exacta, les puede ayudar a diagnosticar las patologías, o a hacer un seguimiento ambulatorio”, indica Karmele López de Ipiña.
Las técnicas que estudia esta investigadora pueden ser de gran utilidad para diagnósticos precoces. Además, señala, las pruebas que se hacen “no son invasivas, sino que se basan en la digitalización de la escritura o el dibujo, cosa que permite medir con exactitud la velocidad de la mano”. Esta velocidad, comparada con otros parámetros, puede conducir a detectar los primeros síntomas de enfermedades que, tratadas precozmente, son más fáciles de controlar.